El fin de año se aproxima y en MMQB celebramos con algo de anticipación estas fiestas que en poquitos días, van a llegar. Buscábamos un lugar donde disfrutar de una cena agradable, y donde, sin tener que coger el coche pudiéramos bailar y tomar una copa. Lo encontramos. Y cerca. En el Portón Añil nos trataron con gran amabilidad. La cena de Navidad fue abundante y exquisita. Tuvimos ocasión de degustar unos entrantes que compartimos. También tuvimos un segundo que cada uno eligió, según su gusto de carne o pescado. Además la carpa donde está la pista, que es de tarima, sin ser muy grande, es acogedora, gracias a unas estufas verticales. Ellas aportaron su calor a la fiesta.
Todo el mundo pudo disfrutar de bachatas, chahachás, pasodobles, milongas y tangos. También de sevillanas y boleros. Pero creemos que con lo que más disfrutó todo el mundo, fue con la salsa. La rueda de treinta personas que llenó toda la pista fue genial. Nadie permanecía sentado.
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En ella bailaron expertos y no tan expertos. Pero todo el mundo gozó, ejecutando figuras simples, como el enchufla, enchufla doble, la prima, la familia. Incluso más complicadas, que los más noveles poco a poco aprenderán, como el setenta, el ochenta, el ochenta y cuatro, vacílala, etc.
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También nos acompañó en el baile, uno de los socios del restaurante, Miguel a quien le gusta con locura la bachata y la kizomba.
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La noche estaba lluviosa y fría. Sin embargo la gente que estuvo presente en la fiesta, la transformó en una noche luminosa, cálida y agradable, donde todo el mundo disfrutó del baile. Ese es nuestro objetivo. Si logramos transmitir la pasión por el baile, nosotros estaremos satisfechos. ¡Hasta el próximo año!